jueves, 23 de abril de 2009

Él

Ya me canso de jugar bola. Nunca me ha gustado, eso sí, no soy malo. Tengo piernas fuertes y no soy tan lento. Además es su deporte favorito, vale la pena jugar con él, es rápido, más fuerte que yo y tiene un juego limpio, aunque a veces egoísta. Después del partidito del sábado nos vamos para la cantina de la esquina, no es el mejor lugar, pero es el único que nos deja entrar sin identificación y en pantaloneta. Me gusta la cantina, hablamos de todo y nos tomamos algo, él a veces se excede. Lo malo es cuando lo ven, todas. Él elige, a una de ellas. Al día siguiente lo felicito por su hazaña, miento.

Ya me canso de fumar. Toso mucho, son de los duros. Pero es que no nos pueden ver, nos escondemos. Y eso me gusta, estoy más cerca y nos necesitamos, somos cómplices. Lo malo es cuando se acaban, él borra ese olor a duro, y esa colonia es el olor que yo respiro, es mi aire y no quiero.

Ya me canso de que duerma en mi casa. Mi familia lo aprecia, en las cenas con él hablamos. Mi papá de fútbol, y él de fútbol. Mi mamá de sus novias, y él de sus novias. Yo lo escucho, y él no. Lo malo es la hora de dormir. Está oscuro y solo veo su espalda, quiero gritarle y él ronca. Aunque eso no me molesta, al menos se que está acá, no lo quiero perder, prefiero perderme yo y perder todo esto que siento en la garganta.

Ya me canso de darle la mano. Así saluda a todos. Es fraternal, es normal. Y yo me acostumbro a lo normal, pero no quiero ser todos. Quiero ser sólo yo, quiero que seamos sólo yo y él. Pero no saludándonos con un apretón de manos, talvez algo más. Lo malo es que quiero algo más, él no lo sabe, y si lo sabe no lo quiere, si lo sabe no me quiere a mi.

Ya me canso de ser yo. No soy malo en fútbol y me dejan entrar a la cantina, a veces fumo. Lo malo es que lo hago por él, él solo lo hace conmigo. Soy compañia, y él me da el aire que respiro. Respirar así duele.

martes, 7 de abril de 2009

Mi tele es homofóbica

La homofobia es un agente que opera de tantas y diversas formas. La puedo interpretar también. A ver, cuando mi mamá no quiere conocer a mi novio simplemente porque es otro hombre ¿eso es homofobia? O cuando mi mejor amigo me dice: “di mae esta bien, mientras no se meta conmigo” ¿es eso homofobia?, o cuando playo es usado como símil de débil y poco hombre, creo que eso sí, creo también que la palabra playo no debería existir.

Pero cuando la homofobia es algo que toma lugar diariamente en los cuartos, salas y comedores de los costarricenses da miedo. Cuando la televisión nacional permite y promueve estereotipos, ya no estúpidos sino asquerosos, es imposible hacer cambios; ya hasta escribir me parece tan poco, ¿como luchar contra la tele cuando un tal Mauricio (farándulero por supuesto) aparece en canal 11 diciendo que esta curado de la homosexualidad?, él era homosexual, ya no, Dios lo sanó. Quizás nunca fue homosexual, ¡no me importa! ¿pero curado? Darle el espacio a un ignorante deseoso de publicidad como este es una cosa, pero aprobar sus declaraciones ya es demasiado. Los presentadores ni siquiera se preocuparon por desmentir la afirmación de que la homosexualidad es una enfermedad, se limitan a presentar la nota y a dejar a la gente en la mediocridad, gente como esta se dedica a cerrar mentes que ya de todas formas están cerradas. Para los ticos el homosexualismo sigue siendo una enfermedad, un mal que corrompe a la joya centroamericana.

Ya no quiero encender mi tele, ahora ella tampoco entiende.