De ninguna manera quiero faltarle el respeto, molestar su ánimo o perturbar su pensamiento con lo que le voy a decir, creo que es necesario que lo sepa aunque apenas lo venga conociendo, al menos necesario para mí. Yo señor Bayly, me he enamorado perdidamente de usted.
Las razones son muchas y yo soy muy sincero. Un hombre atractivo pues para mí no lo es, quizás en las fotos que aparecen en las contraportadas de sus libros, pero esas fotos las tomaron hace mucho ¿no? En fin, con esto quiero decir que no es usted precisamente el protagonista de mis fantasías ni la razón por la que a veces me toco ahí abajo. No se puede uno enamorar sin desear dirá usted, yo señor Bayly no estoy de acuerdo.
Y le puedo decir el porqué, el porqué de mi convencimiento de mi amor hacia usted. Para mí ya no existe Caperucita, ya no tengo a mi amigo zorro, ya no me interesa Sancho Panza, no quiero saber nada de los asesinos Dick y Perry ni mucho menos de Dorian Grey. Ahora Lima me parece la ciudad más linda del mundo, ser un cocaínomano es normal y el periodismo si sirve, el periodismo tiene el poder de hacer a las cosas invisibles visibles, me parece maravilloso. Y todas, todas estas son en mi opinión razones válidas que justifican este enamoramiento nada visceral que tengo.
Como comprar una cajita que tiene todo lo que uno quiere ser; yo, con todo respeto me lo compré a usted. Eso sí, no quiero una esposa y un novio, aunque eso es de admirar señor.
¿Escritor light? ¡Pura mierda! Yo lo leo y me convenzo de mi humanidad. ¿Polémico? Siga, siga por favor. Yo también quiero hacer escándalo, a ver si me escuchan.
¿Si me cree que estoy enamorado? Pues claro, estaba seguro de que ya muchos otros se lo habían dicho. Pero no, no es amor de agarrar nalgas, es amor de que quiero ser peruano y votarlo a usted para presidente.
Mucho gusto señor, ¿le puedo decir Jaime?