martes, 23 de marzo de 2010

Soliloquio

abrí los ojos –lo brillante de tus ojos- me metí al baño rápidamente, agua calientita -¿será muy caliente para vos?- cuando salí el desayuno estaba listo, mami es una reina –quiero que me enseñe a hacer postres, quiero hacerte postres- me atraso en el espejo –vos sos el más guapo- el bolso del brochecito gay lleva lo necesario: algunas hojas, un lapicero o ninguno, la comida que mami despistadamente me guardó en el compartimiento de adelante y “Plegarias Atendidas”, lo último que estoy leyendo del maestro –que título tan apropiado para este momento- en el bus de las 7 no va mucha gente, a mi lado una muchacha que no deja de mirar el brochecito –vos me tomarías de la mano, aquí y donde sea- la profe me llama la atención, no le pertenece y soñoliento es imposible luchar contra los párpados –estaba depositado en tu pecho, curiosamente soñoliento también- me desperté por segunda vez para comer crepas –con salsa picante y smoothie de sandía. esa sería la orden- la tarde se pasa rápido con ellos -¿les hablaré mucho de vos?- y llega la hora de la cámara y la acción -¿qué pensarás cuando me ves?- de nuevo al bus de las 7, en este 7 va más gente; bad romance en la radio y no es nada raro – ♫damien y placebo, kate y texas♪- me recibe la reina con otro plato de comida –cocinarte, lavarte, plancharte, atenderte. sí podría- a veces me asusta pensar en llegar y que no esté ahí –me asusté, sí. pero me asusta más dejarte ir, yo no te suelto más- el celular se activa y es la única llamada que contesto: “¡hola enano!” –como amo este momento- nos despedimos y mañana nos vemos –que me pongo. que te pones vos. el saludo. lo brillante de tus ojos- es casi hora de dormir, pero no. escribo esto –lo brillante de tus ojos cuando lo leas- termino, me acuesto y caen los párpados de nuevo –lo brillante de tus ojos. la comisura de tus labios. el ancho de tus cejas. lo bello de tu alma. la explosión en mis pantalones. lo tranquilo del corazón. te tengo- se repite el mismo, depositado en tu pecho y soñoliento.

ese es el camino de mis días. mi camino –que curioso, es tuyo. de los dos-

viernes, 12 de marzo de 2010

El camino

Me pides que elija mi futuro, el nuestro. Yo no puedo, no escogí tu pasado, ni siquiera nuestro presente, ese es mágico. Aún así, lo haré.

Me pides que no me preocupe por vos. Yo no puedo, pienso en ti las 24, me preocupo en las que no estoy contigo de esas 24. Aún así, lo haré.

Me pides que duerma bien. Yo no puedo, ya no quiero dormirme, me da miedo despertarme otra vez. Aún así, lo haré.

Me pides no asustarme. Yo no puedo, el querer y el asustarse son mis emociones siamesas. Aún así, lo haré.

Me pides que sea feliz. Yo no puedo, lo fui, gracias. Aún así, lo haré.

Tanto me pides. Yo todo te lo daría.

Sigo caminando, pero vos sos el hombre de mis sueños y a cambio yo te pido que te quedes ahí, que aquí ya no podemos estar juntos.

miércoles, 3 de marzo de 2010

Gracias por las palabras

Yo tampoco como Ernest Gaines entiendo porque es más cómodo ver hombres sosteniendo armas que hombres tomados de la mano.

Estoy totalmente de acuerdo con Francis Maude, desaprobar la homosexualidad es como desaprobar la lluvia.

El Señor también es mi pastor y sabe que Troy Perry y yo somos homosexuales, como dice von Goethe si Él hubiera querido crearnos diferentes, lo hubiera hecho.

Agnes Repplier decía que no es posible encontrar la felicidad fuera de nosotros mismos, George Michael encontró la paz escuchando su propio corazón y según Nietzche la vida es muy corta para perder el tiempo siendo nuestro propio sofocador.

Y todos queremos ser amados, Boy George tiene razón.

El viaje de cada uno es individual, sí. Pero afortunadamente algunos queremos dejar el nuestro marcado.

Do not follow where the path may lead. Go, instead, where there is no path and leave a trail. -Ralph Waldo Emerson