domingo, 31 de octubre de 2010

lovemakinglove

Hacerte el amor es como dar a luz. O como dar la vida por un amigo. Hacerte el amor es como darle la vuelta al mundo o como tener 40 y sentirse de 20. Hacerte el amor, mi amor, es como caminar en la luna y como ser león y sentirse rey. Como sostener el corazón de alguien en la mano y como escribir mi biblia es hacerte el amor. Hacerte el amor es mi maravilloso y mi increíble, mi hito y mi parteaguas es hacerte el amor.

lunes, 18 de octubre de 2010

Luto

Que duro fue. No lo veía venir. Era tan joven, lleno de vida y con un futuro, uff. Tenía los padecimientos normales, un dolorcillo por acá, una molestia que sube y que baja por allá, pero nada más, por lo menos yo lo veía vigoroso y poderoso, con todo y que le faltaba crecer, que pecao’.

Pero se nos fue de golpe, así jovencito y en la flor de la vida, ay las lloradas que me he dado. Enterrarlo fue lo peor, yo no podía dejarlo ir, grité, me desesperé, me enojé y en mi propio luto lo traté de despertar pero ya hasta frío estaba, entre blanco y morado y ya despedía ese olor a muerto, a muerto y a mierda.

Lo que más me duele es el recuerdo, fue maravilloso mientras estuvo entre nosotros. No no, lo que más duele es que no sé si me lo mataron o si yo lo maté, creo que nadie lo sabe. Pero no, definitivamente lo que más me duele es esto, lo que más me duele es escribir la esquela.

Me voy a quitar esta ropa negra, se le está pegando el olor a muerto.

miércoles, 6 de octubre de 2010

La maldición del narciso

Desde siempre ha estado a mi lado, no se ahogó. Se queja conmigo de su historia y yo le cuento de mis travesuras. Su compañía siempre me resultó reconfortante, me hace sentir que hay dos como yo en el mundo y que así será por el resto de los días.

Pero ahora lo desprecio. Sin que yo me diera cuenta se me metió en el cerebro y me carcomió la visión y el pensamiento y el habla, me posee.

Me engañó, no soy grandioso. Me engañó, mis ideas son mediocres. Me engañó, sí los necesito, en especial a él.

Y nos condenamos mutuamente. Él se acostumbro a mentirme y yo a creerle. No tenemos más nada, él los despreció a todos, y a mí, a mí él se me fue.

Solos y engañados, uno al lado del otro, mi acompañante y yo nos dormimos todas las noches llorando.