viernes, 24 de diciembre de 2010

Felices nuestras fiestas

Y esta noche recordaré al hombre elástico que se estiró hasta morir antes de que empezara enero. Al samurai rojo que pedacito a pedacito perdió su armadura entre un 24 y el siguiente. A la consola que me hizo perder el interés en salir a la calle y que hace unos años ya heredé aburrido de perder en los mismos juegos. A mi adorado Stripped que ya no suena tanto como antes, culpa de ese discman viejo y destartalado. También recordaré amargado a la Barbie pelos largos y faldas cortas que siempre quise y que por miedo a incentivar mis rarezas no me dieron. Y entre tanta añoranza y carcajada me vendrás a la mente, mi boytoy príncipe de la pelos largos y faldas cortas, que a pesar de eso me elegiste a mí, el pelos cortos y pantalones raídos. Me vendrás a la mente como el mejor de todas las Navidades, el mejor de todos mis años.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Carta a La Nación

Este fin de semana no me pude acabar mis galleticas con chispas de chocolate y casi me atraganto con mi vaso de leche caliente bañada en “masmelitos”. Resulta que voy pasando canales y me estacioné en el número 7, no para tirarme “El Chinamo”, sino más bien para comprobar si el Porcionzón sigue vivo. Pero oh sorpresa la mía (no la del Porcionzón) cuando el espacio famosísimo del Chinaoke se lo dedican a mi querido, lamentablemente no conocido, Ricky Martin. La tortura de dos minutos empezó ahí.

Se preguntarán por qué tortura. No, no es porque me cuesta seguir la letra del karaoke y cantar afinado al mismo tiempo, déjenme y les cuento. Me llamo David, tengo 21 años, soy estudiante de periodismo en la Universidad de Costa Rica y presentador del programa Música por Inclusión del Canal 15 de la misma institución, y mi parte favorita de decir cuando me presento: soy homosexual. Exacto, igualitico que el homenajeado del Chinaoke del viernes 17 de este mes.

Aparentemente para los creadores de tan chabacano espacio, el cantante y el resto de nosotros somos un chiste, nuestra supuesta forma de ser y de interactuar es motivo de risa y el hecho de decir abiertamente que tenemos una orientación sexual diferente sólo puede significar escándalo y espanto. ¡Oh Costa Rica!
Y oh pueblo más confuso, digo yo, que cuando no somos invisibles somos chiste, póngase de acuerdo Costa Rica, pero sobre todo póngase serio y póngase a investigar. Porque por lo menos yo no me siento invisible, mi familia y mi novio me ven, me tocan y me aman. Por lo menos yo no me siento chiste, no ando disfrazado de vaquero ni de policía en tacones en media Avenida Central. Ni invisible ni chiste, pero sí un orgulloso homosexual no tan orgulloso de mi país.

¡Ah! ¿Sabían que este fin de semana también se acabó la política discriminatoria hacia homosexuales y bisexuales en el ejército estadounidense? Yo quería celebrar y el Chinaoke de Teletica me amargó la fiesta.

martes, 7 de diciembre de 2010

The war

El plan es el siguiente, los dos nos limpiamos las heridas y nos ponemos las botas. Tiempo de entrenar ya no tuvimos, tiempo para pensar ya no lo necesitamos y el tiempo que nos queda lo voy a empacar. En ese bolso llevo 3 o 4 camisetas, mis libros y los tuyos, cuchillos para defendernos y no para matar y una manta que nos cubra en el momento de nuestra muerte. Con este frío hasta los muertos tiemblan. Tiemblo yo ahora, tengo miedo pero no te lo voy a decir, saco el cuchillo con la izquierda y me agarro de la tuya con mi derecha. Otra vez el temblor. Puta. ¿Estás listo? Yo tampoco. Se fue el temblor. Peleo por mí. Mato por ti. Saco la manta. La elevas al cielo y dejas que baile. Es la señal de victoria.