miércoles, 15 de junio de 2011

Atentamente

Si eras mi novio no me leás, vas a creer que no significaste nada para mí y que le diste tus mejores años a un vagabundo.
Si eras el mae que besé el fin de semana pasado no me leás, vas a creer que me enamoré de ti y que ahora tienes que huir del buscanovios.
Si eres el mae que besaré este fin de semana tampoco me leás, vas a sentir que tus besos valen mucho para dárselos a alguien como yo. Y siempre, casi siempre, es un error sobrevalorar besos.

miércoles, 1 de junio de 2011

Wannabe tan sexy como Sofía

Hoy leí la columna de Sofía en Soho y comencé yo también a pensar en sexo. Es triste pensar que ahora saque mi inspiración sexual de las páginas de una revista fría y peor aún de las experiencias eróticas de una mujer. En fin, venía pensando en el bus lo bonito que sería ser recibido en casa por un fanático del sexo sin compromiso, ese que vende la tele y la publicidad y que yo no he logrado comprar. Me imaginé al guevón sin cara, y así, guevón. El tipo me quitaría los únicos zapatos negros que me quedan, me desabrocharía la faja que le robé a mi mamá y me sacaría las faldas lentamente para sentir las cosquillitas; señales todas las anteriores de que ahora trabajo y mi vida se reparte en lo que hago y como debo verme mientras lo hago. Ya despojado de la armadura laboral el tipo se daría cuenta de que no he tenido tiempo para rasurarme ni para salir a correr, a mí me incomodarían en exceso tales hallazgos pero al tipo guevón le parecerían detalles cándidos y muy característicos de mi personalidad. Ya sin ropa los dos porque el me recibió así asumiendo mi cansancio y poca habilidad para los botones, el tipo empezará a deleitarme con sus artes amatorias. Aquí voy a parar, porque como Sofía yo tampoco quiero delatar mis zonas erógenas, por lo menos hoy no. La vara es que lo tanteen a uno. Para hacerles el cuento tan poco erótico más corto, el guevón sin cara gritó, gozó y se sublimó con un platillo de hembra pero con carnes de varón. Ese soy yo, el mae que puede ser hembra y varón en la cama, primero hembra y luego varón y al revés, más varón y menos hembra y viceversa. No llegamos al acurruque post-final feliz, primero porque estaba muy cansado y segundo porque según lo que me han vendido el sexo por sexo no incluye tal conclusión. Fuera de mi cabeza también llegué cansado y vestido con la indumentaria laboral, sin embargo no había ningún tipo sin cara esperándome con el pito al aire. Sinceramente, qué alegría. Con 8 horas de trabajo y 3 de U encima lo último que necesito es alguien subido en todas esas y jadeando. Voy pal' sobre.