miércoles, 29 de septiembre de 2010

Lo que nos queda

Tienes que inventar una historia. Diles que nos cansamos de nuestras cuatro paredes blancas, que viajamos por el mundo. Que nos embriagamos en el mar y que te hice el amor en la montaña más fría de todas las montañas y que vivimos en los árboles y hablamos con las serpientes, las que nos acompañan todavía. Cuéntales que nos cansamos y que las cuatro paredes de colores donde nacieron tus hijos las hicimos los dos, pedazo por pedazo. Diles que ella nos visita de vez en cuando y que en cambio a él no lo vemos en años, que prefiere vivir solo y que en eso es igual a mí. Diles que conservamos algunos amigos pero los dejamos de visitar, principalmente porque yo no quiero que me vean arrugado, y a ti, a ti sinceramente nunca te cayeron bien. Cuéntales que yo ahora me pinto el pelo color negro sombra y que a ti las canas nunca te alcanzaron. Que el dolor de mi rodilla ya casi no me deja caminar y que tú ya no ves, sólo un poco de largo y sólo a mí de cerca. Diles que por eso ya casi no nos levantamos de esta cama, que amanecemos y vemos caer la tarde en el mismo lugar. Pero cuéntales también que al anochecer tú ya no necesitas los ojos y a mí el dolor de rodilla se me olvida. Y por favor diles que yo todavía me río de tus chistes, y que tú, al fin, me conoces completamente. Tienes que inventar una historia. Sólo así viviremos para siempre.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Periodismo Interpretativo

La Chispa Adecuada

El martes 10 de agosto la Sala Constitucional frenó la realización de un referendo que determinaría si las uniones homosexuales serían legales en Costa Rica o no. El hecho constituye un logro en la reivindicación de los derechos de los homosexuales costarricenses. Y quizás el primer capítulo de una nueva historia.
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A los 17 años se abre un mundo de posibilidades y comienzan a invadir los miedos. El inicio de una carrera profesional, el goce de esas primeras relaciones serias, la primera carga fuerte de responsabilidades y deberes ciudadanos y ese primer vistazo a la realidad adulta: todas las primeras veces que asustan a cualquiera. Pero tener 17 años hoy no es lo mismo que tener 17 años en la década del 80 por ejemplo, el cambio se hace evidente cuando escuchamos a Esteban: “yo me siento seguro de darle la mano a mi novio en la calle, con eso no hay problema”. Esteban es un joven de 17 costarricense y homosexual que camina por las calles de la mano de su novio. Negar que las cosas cambian y han cambiado ya parece una estrategia inútil.
El pasado martes 10 de agosto la comunidad sexualmente diversa del país celebró la decisión de la Sala Constitucional de acoger el recurso de amparo que semanas atrás Esteban Quirós -abogado de 32 años- había sometido argumentando que el tema de uniones gais no es materia electoral sino de derechos humanos; así se detuvo la realización de un referendo que determinaría la aprobación del proyecto de Unión Civil entre personas del mismo sexo.
Pero más que el sentimiento de celebración el que invadió fue el de reivindicación. La lucha de los ciudadanos homosexuales por el reconocimiento del resto de costarricenses no es nada nuevo. Para ellos. Sin embargo hoy se debate, se discute, se argumenta y se comenta sobre el futuro de esta comunidad en nuestro país, hoy la comunidad homosexual deja de ser invisible y al igual que Esteban se prepara para una nueva etapa. Con más y mejores armas.
El peso de la historia
La lucha formal por el reconocimiento legal de las parejas homosexuales se puede ubicar en el año 2005, cuando el Movimiento Diversidad de la mano de algunos diputados daba los primeros pasos al acercarse a la Asamblea Legislativa con las primeras propuestas de ley. Desde entonces políticos, activistas, religiosos y la población en general han discutido sobre el tema. El camino de estos proyectos ha sido tortuoso e infructífero, cargado de prejuicios y sobre todo falta de información.
El modelo de costarricense que rechaza lo diferente ha salido a relucir durante todo el proceso, sin embargo Monserrat Sagot, doctora en sociología, explica que Costa Rica como sociedad es históricamente discriminatoria y no sólo con la comunidad sexualmente diversa: “nuestra sociedad, aunque en términos ideológicos se dice progresista, la verdad es que es tremendamente conservadora, además es discriminadora de cualquier grupo que no se parezca a ese ideal imaginado del costarricense y la costarricense”.
Ese “ideal imaginado” realmente no es tan imaginado. Desde la concepción del Estado de Costa Rica los homosexuales llevan las de perder: el Código de Familia define el matrimonio como la base de la sociedad y a su vez lo reserva exclusivamente para la unión entre un hombre y una mujer, ignorando por completo la gama de orientaciones sexuales que conviven en el mundo. De alguna manera el dogma religioso se traduce en leyes reproducidas por el Estado, Estado que debe velar por el bienestar de todos sus ciudadanos, creyentes religiosos o no.
Inclusive Sagot cuestiona el sistema democrático en el que vivimos recordando uno de los episodios más negros de la política costarricense: “esta es una sociedad que se ha atrevido a realizar redadas y detenciones de las personas homosexuales simplemente por miedo, cuando se desató la epidemia del SIDA lo que se desató realmente fue una persecución”.
Desde aquellos días los estudios científicos han avanzado tremendamente, hoy la población homosexual se encuentra desligada del estigma de únicos portadores del virus del VIH y la comunidad médica ha declarado que una orientación sexual diferente a la heterosexual no es indicador de ninguna enfermedad o perversión.
A pesar de todo el daño ya está hecho, de acuerdo con Sagot tienen que cambiar muchas condiciones culturales, sociales y políticas para que un grupo históricamente discriminado emerja como un grupo ciudadano, en este caso la Dra. argumenta que el proceso en nuestro país es muy incipiente y que el debate por el referendo significó “un momento unificador, pero no necesariamente estos momentos unificadores hacen que a partir de ahora todo el mundo sea ‘hermanitico’ o ‘igualitico’ (…) se ganó una visibilidad relativa y se empieza a construir un discurso alrededor de los derechos de la población sexualmente diversa, pero si el referendo se hubiera dado yo estoy segura que se hubiera perdido aplastantemente”.
Del bar a la pantalla
“Bueno los ‘bares de ambiente’ tienen una ventaja, son un espacio relativamente seguro donde nos podemos encontrar, pero la desventaja es que son un clóset grandote” comenta Viviana Rovira, psicóloga e investigadora en temas diversidad sexual, mientras reflexiona sobre el espacio marginado en el que se ha desarrollado la historia homosexual costarricense.
Una de las desventajas más claras de esta concepción de Estado estrictamente heterosexual es la falta de espacios públicos en los cuales las personas sexualmente diversas puedan socializar, participar política y culturalmente y demandar derechos. Como consecuencia se crea una imagen única del homosexual: “si pensamos en homosexuales en el contexto de esta sociedad patriarcal pensamos únicamente en hombres, de alguna manera hay una invisibilización de las mujeres lesbianas. De ahí pasamos a un montón de estereotipos de cómo deben ser los hombres homosexuales: afeminados, alejados de la masculinidad hegemónica y con ideales de juventud y belleza muy particulares” explica Rovira.
Al menos eso es lo se ve en la tele. Ya se ha demostrado en numerosas ocasiones el poder que ejercen los medios de comunicación sobre sus audiencias y sobre todo su poder de legitimar determinado grupo o tema, al fin y al cabo los medios constituyen en ocasiones la única ventana a realidades ajenas a la propia. Así conforme a Dorde Cuvardic, investigador y analista del discurso, el retrato de la población sexualmente diversa no ha sido el apropiado: “Por lo general los medios retratan a los grupos minoritarios del país desde la invisibilización o aniquilación simbólica, y cuando los representan lo hacen desde el estereotipo”.
Por supuesto hay momentos positivos de visibilización homosexual en Costa Rica: la creación del Movimiento Diversidad tres gobiernos atrás con el fin de sensibilizar a los gobernantes en torno al respeto a las diversidades y su incidencia política y pública desde entonces, o por ejemplo el boom de literatura y poesía explícitamente gay-lésbica en la década del 90. Pero, ¿de qué se acuerda la gente?
La gente se acuerda de temas que de alguna u otra manera le afecten. Con la discusión sobre el referendo la abogada Alexandra Loría, su principal propulsora, argumentaba que la legalización de las uniones homosexuales dañaría profundamente a la familia costarricense. En este punto y con argumentos como estos sobre la mesa el tema ya era de interés nacional y desencadenó una discusión constante en los principales medios de comunicación del país.
“Nadie sabe para quién trabaja, justamente con esta discusión el tema se visibiliza a gran escala. Pero lo más importante es que el tema ya no se trata por el elemento rareza sino que vemos al compañero de trabajo, a los hijos y a la vecina exigiendo derechos”. Para Rovira la visibilización que experimentaron los homosexuales en esos meses de debate fue mayoritariamente positiva, no sólo permitió que rostros cotidianos aparecieran en televisión y escribieran en el periódico sino que también impulsó a la comunidad a organizarse y a fijarse un norte común.
La unión que hizo la fuerza
“Estamos trabajando en varias áreas: estamos en coordinación con las demás organizaciones de derechos humanos, por otro lado estructurando una campaña por la igualdad, también nos queremos acercar a los diputados y discutir con ellos sobre el tema (…) además la idea es analizar los proyectos de ley y promover el más adecuado para proteger los derechos de la comunidad” explica Enrique Sánchez, vocero de la organización Ciudadanía por los Derechos Humanos. O como ya sus miembros la llaman cariñosamente CDH.
El grupo que ahora cuenta con más de 60 miembros distribuidos en diferentes comisiones inició en las redes sociales de la web. Los primeros participantes usualmente compartían opiniones y debatían a través de estas redes, para cuando se anunció la posibilidad del referendo decidieron organizarse y promover un cambio real en materia de derechos humanos.
Los miembros del CDH se dieron cuenta de que el poder de convocatoria en pro de los derechos de los homosexuales sí existe y que con un activismo estratega los resultados no se hacen esperar. Así lo cuenta Sánchez: “Encontramos un área con potencial de trabajo y esa era la legal. Con ayuda de abogados y en refuerzo al recurso de amparo que presentó Esteban Quirós preparamos un machote de coadyuvancia y lo pusimos a disposición de la gente en nuestra página web”.
En términos legales una coadyuvancia vela por los intereses legítimos de su postulante y del primer recurso de amparo al que se adhiere, en este caso al presentado por el abogado Esteban Quirós y acogido por la Sala Constitucional el 10 de agosto de este año. El CDH estima que más de 100 personas ingresaron a su página, descargaron el machote y lo presentaron con su firma, entre ellos varios personajes públicos como Ottón Solís y José María Villalta.
El grupo Ciudadanía por los Derechos Humanos es solamente un ejemplo del potencial que tiene el activismo, para Sánchez esta lucha representa el momento en que las personas homosexuales se dieron cuenta que tienen el poder de incidir en las decisiones públicas y de que la discusión está lejos de caducar: “Costa Rica no necesariamente cambió con este proceso y posiblemente a una mayoría no le afecte en nada la decisión de detener el referendo, pero ahora sabemos que este es un tema que el país va a tener que enfrentar en el futuro, ya no se puede seguir renegando”.
Sí, yo soy
Las encuestas publicadas en los últimos meses respecto a la cuestión gay indican que en cuanto menor es la edad, menor es la resistencia a apoyar y discutir las uniones homosexuales. El miedo todavía no se cuantifica, pero escuchando a Esteban, el de 17, podríamos inferir unos resultados similares: “No sé si en un futuro cercano estaré completamente protegido por la ley, ni si la sociedad va haber cambiado su mentalidad, pero nosotros estamos, no somos tan extraños ni tan distintos (…) yo me siento seguro de mí mismo y privilegiado, las dos”.
Es muy prematuro predecir el futuro de un grupo social emergente como lo es la comunidad sexualmente diversa costarricense, pero ya se dijo una vez: todo arde si le aplicas la chispa adecuada. Que todo arda quizás tome tiempo, Esteban espera paciente de la mano de su novio. La chispa ya se aplicó.

domingo, 12 de septiembre de 2010

La peor persona

Soy Jack El Destripador, igual de criminal. Soy la Malvada Bruja del Oeste, malo malo soy malo. Soy Alex DeLarge por lo insensible y soy Montgomery Burns por lo egoísta. Soy Alex Forrest, enfermísimo. Soy Voldemort, tan hijo de puta. Soy Norman Bates, ya me tenés miedo. Soy Drácula y se te está acabando la sangre.

Me hacés sentir como un auténtico canalla y lo peor es cuando me lo creo.