miércoles, 8 de febrero de 2012

Razones para irme de Costa Rica


Es que se me acabó todo.

Se me acabaron los sapos bonitillos a los que besar. Ahora ellos se juntaron, se sapearon lo milindres que me he vuelto en la cama y ahora andan engendrando sus propios sapitos en otro charco, bien lejos del mío casi seco.

Se me acabaron los pretextos ‘estoy en la U’ y ‘me ando besando en la marcha’ para no salir a buscar brete. Y a mí eso de salir de sucesero en el 7 o de intruso en el 11 no se me dará nunca. Yo soy más Saralegui tirando a Laura, la verdad.

Se me acabaron las historias interesantes para escribir. Ninguna empieza con ‘estaba oscuro en ese bar de Barcelona’ ni termina con ‘a la mañana siguiente habían 5 irlandeses en mi cama’. Todas empiezan con ‘me gusta un mae de tuiter’ y terminan con ‘y di, no lo movía como aquel’.

Se me acabaron las admiradoras. Las del kínder se murieron y me juzgan desde el cielo porque soy gay, las de la escuela están embarazadas y se dieron cuenta que soy gay, las del cole se dieron cuenta que soy gay y me odian porque soy gay, las de la U son lesbianas y me quieren meter un dildo en el culo. Oh, mujeres.

Se me acabaron las bebidas saborizadas. La gingseng quedo descontinuada porque yo era el único cliente, la golden monkey ya no me baja y la rock n’ cola fijo la inventó Satanás. Lo barato sale caro, venga tóqueme la panza.

Se me acabaron las razones para decir que estoy mejor sin él. Me voy a un país lleno de él’s. Por que de lo que se me acabó, él es lo único que quiero recuperar.

sábado, 31 de diciembre de 2011

F.U.1.1.


No es suficiente que el número cambie, yo voy a poner de mi parte y me voy a tomar unas 1000 o 1001 pastillas muy muy poderosas. Mejor 1000, la intención no es morirme, solamente perder la conciencia y la memoria, no me interesan esas mierditas de codificar, almacenar y recuperar información. Entonces, voy a ser otra cosa, ya perdió el chiste ser uncarajillomuymuygayqueescribesobreelloydesdequeterminóconsuexsoloescribesobreélcosasaburridasyrepetidascomosuvidamisma y por eso me apetece despertarme como otra cosa, quizás un macho bien macho y rebautice esta vara “los muchachos de antes sí sabían patear el balón” o mujer y lo cambio “los muchachos de antes si sabían darme orgasmos”. La cuestión es que me aburrí de mí y de esta lloradera y esta quejadera y esta rosadez. Si me los topo en la calle y no los reconozco perdón, fueron las pastillas. Si me ven en la calle y no me reconocen, felicítenme.


Puta, ¿qué es esta vara rosada en mi brazo?

lunes, 5 de diciembre de 2011

Esteban, el del referendo

¿Sabés como me presentan? Él es Esteban, Esteban Quirós, el del referendo. Me hace gracia, yo creo que eso se quedo perennemente.

Me dice orgulloso de que así sea, porque en Hollywood perder el anonimato es perder la tranquilidad, pero en la Tiquicia gay que es tan pequeña y tan falta de ídolos es precisamente eso, un motivo de orgullo. Y no fue premio por “salir del clóset” (eso Esteban lo hizo hace ya casi 20 años), fue premio porque hace 1 año este señor fue clave en un momento histórico para las minorías sexuales costarricenses. Por eso es Esteban, el del referendo.

¿De dónde salió el impulso para presentar ese recurso de amparo?

Era algo personal, yo lo presenté y pasó todo eso tan impresionante          que yo dije ‘juepucha’ de verdad que uno tiene que hacer las cosas cuando uno tiene el deseo de hacerlas, porque si no lo hubiera hecho en ese momento probablemente hubiera seguido el referendo y a estas horas estaríamos terribles.

A estas horas hace un año y un poquito más se discutía si las uniones homosexuales deberían ser validadas por el voto de los costarricenses. La abogada Alexandra Loría y compañía se embarcaron en una recolecta de firmas en iglesias y calles, las firmas fueron presentadas al Tribunal Supremo de Elecciones como prueba fehaciente de que la mayoría deseaba decidir por la minoría. Se dio luz verde al que muchos llamaban ‘referendo del odio’ hasta que Esteban Quirós presentó ante la Sala IV un recurso de amparo que argumentaba que tal iniciativa lesionaba sus derechos como ciudadano costarricense, así como los tratados internacionales que pretenden erradicar la discriminación de cualquier tipo y a los que Costa Rica está suscrito. El 10 de Octubre del 2010 la Sala estuvo de acuerdo con él.

Yo pienso que Alexandra es súper conservadora, yo creo que ella es de esas que dicen ‘yo quiero mucho a los homosexuales, a las lesbianas y a todo el mundo pero no quiero en mi familia uno de esos’. Es una persona culta académicamente hablando pero inculta en lo que se refiere a las relaciones personales, en su forma de ver a las personas diferentes me parece que adolece de toda sensibilidad. Eso es lo que creo de ella.

Cuando uno es activista comparte los ideales de su colectivo, cuando uno es activista el enemigo de uno es el enemigo de todos. A Esteban se le doblaron los enemigos de un día para otro.

El viaje anónimo

Siempre he sido muy estudioso, lo que si te puedo decir es que de chiquillo odiaba las matemáticas, hasta la fecha todavía lo odio. Y Educación Física, lo odio. También me gustaba jugar carritos y con 2 o 3 muñecas que tenía mi hermana (se ríe) Y amo a mi mamá, sobre todas las cosas.

Esteban es oriundo de San Pedro y el menor de 3 hermanos. Hace 3 años que vive con su novio pero aún se confiesa apegadísimo a su familia, eso sí, mucho más a su madre y a su hermana; a veces confesarse homosexual te distancia del resto de los machos de la familia, tan maleducados en las cuestiones de la hombría y la sexualidad.

La auto aceptación como homosexual, ¿cuándo llegó?

Mirá yo me di cuenta de lo que yo era a los 12 años. Escuché a una maestra que estaba hablando con otra en la escuela porque había un profesor que era muy afeminado, entonces una le dijo a la otra ‘ese es un maricón’ y la otra le dijo algo de homosexual. Yo me acuerdo que me acerqué a la niña y le pregunté que era homosexual, ella me dice ‘eso es algo terriblemente feo, es un hombre que hace cochinadas con otro hombre’ y entonces yo me asusté y dije ‘juepucha, eso es feo y yo soy uno de esos, mejor no digo nada’. En ese momento asimilé que a mi me gustaban los hombres.

El destape ante los demás llegó a los 15. La primera fue su madre: “mami soy gay”. El resultado es prácticamente costumbre en el seno de las familias católicas que reciben un hijo o una hija homosexual, así como la Quirós Salazar, se sueltan el llanto y las recomendaciones: psicólogo y sacerdote “porque usted tiene que cambiar”. Era 1993 y dice Esteban que la gente creía que si le cortaban el pelo a un gay al estilista se le pegaba el sida, así de precaria era la situación y de escasa la información.

¿Esa reacción de su familia y la situación del país en general lo inspiraron a luchar por la reivindicación de las minorías sexuales?

Pues a ciencia cierta eso no comenzó ahí, sino más bien cuando yo trabajaba en salud, en los EBAIS de San Pedro. Durante ese tiempo conocí de todo, homosexuales, lesbianas, transgénero y pude ver lo que sufren en general las personas que no pertenecen a las mayorías de cualquier tipo. Si sos gay te discriminan, si sos negro te discriminan y si sos mujer te discriminan, y te estoy hablando de espacios tan delicados como la salud. Ahí me empecé a sensibilizar por el tema.

Quiere un curul de trinchera

Esteban Quirós se formó como técnico en salud en la Universidad de Costa Rica. Se graduó como abogado en la Universidad Fidélitas. Ahora ha vuelto a la UCR para especializarse en Desarrollo Comunitario y Derechos Humanos con una maestría. Pero la verdadera meta son votos, eso como todo, lo admite sin timidez.

Se habla mucho en las redes sociales de su futuro en la política, ¿qué hay con eso Esteban?

Es un plan serio, lo que pasa es que no es sencillo. Más o menos desde diciembre me puse a analizar y a preguntarle a la gente por las redes sociales si hemos tenido personajes de la comunidad gay en la política y varia gente ha contestado, y que sí que tal ex presidente y que aquel ministro y no sé qué. Con esto me quede analizando que de nada nos ha valido tener tanta gente de la comunidad en la política porque siempre prevalece el criterio del partido político al que pertenecen. Entonces ahora sí es un plan serio.

A Quirós lo acompaña en la empresa el abogado Marco Castillo, redactor desde el 2005 de varios proyectos de ley que aspiran a equiparar las uniones civiles homosexuales a las heterosexuales. La idea de un partido político que lleve como bandera a las minorías sexuales no deja de sonar extravagante hoy, y eso que ya no estamos en el 93. El muro en Facebook del perfil de Esteban se llena de opiniones y comentarios cada semana: “lo de un partido gay es quimérico, noble intención poco realista”, “como acto de visibilización está bien, pero como realidad ante un congreso futuro no” o “no tengo problema con que se tengan ganas de hacer un partido político nuevo pero hay que hacerlo bien, no utilizando las herramientas de politiquería y demagogia”.

Un partido como el PAC ha tenido históricamente una apertura a los temas de diversidad sexual, ¿iniciativas como las de este partido le parecen insuficientes?, ¿su partido es una necesidad?

Sí, me parecen súper insuficientes y te voy a decir porqué: el asunto con ellos es que la discusión nunca se acaba. Está bien discutir pero llega el momento en que hay que tomar acción. Si vos tenés muchos intereses vas a priorizar los que más capital político le den a tu partido, un partido de defensa de los derechos humanos lo que va a hacer es defender el proyecto Sociedades de Convivencia a costa de lo que sea, actualmente nadie está dispuesto a hacer eso.

El futuro le brilla en los ojos

De la boca de Esteban, el del referendo, sale lo predecible: sí quiero ser diputado, ahí falta gente que llegue y le diga a nuestros detractores las cosas como son, sin pelos en la lengua. Usted nunca ha visto ahí una persona defendiendo con verdadero fervor a la comunidad gay. Y lo no tanto: No me veo casado, estoy súper feliz con mi pareja  y no estamos buscando el derecho de casarnos, pero ahí está el tema, yo no lo busco pero el derecho tiene que estar disponible para el momento en que yo me quiera casar, sea mañana que cambie de opinión o en 10 años.

Como él mismo lo dice, es un tipo normal que tuvo los 15 minutos de fama que a todos nos tocan alguna vez. La cuestión es que lo que quiere Esteban no se logra en 15 minutos, o por lo menos no lo que se espera de él. Al tipo le dieron muy poco tiempo y mucha, pero mucha responsabilidad.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Dedicatoria

A mi niño,
parada obligatoria de este viaje.

Yo tengo mucha necesidad de ser consolado.
Yo no soy capaz de comprender las cosas por mí mismo.
Yo creo conocerme.
Yo camino en línea recta.
Yo no tenía una flor única sino una rosa ordinaria.
Yo era único en el mundo.

Debes saber que uno se expone a llorar un poco, si se deja domesticar.

sábado, 5 de noviembre de 2011

A bailar

Hoy voy a bailar con MaríaDaniela. Ella ni yo necesitamos de ti.
Voy a ir a esos lugares donde va la gente que no te gusta, donde bailo como no te gusta y donde me iluminan las luces que no te gustan. Dj's mamados y beats alocados.
Hoy voy a cantar las canciones que no te gustan, las que le escriben a las rubias que menosprecias, las que tuviste que cantar conmigo pero ya se te olvidaron. Pasos a la a moda y hombres alocados.
Hoy no te vas a meter en mi mente ni en mis piernas, ayer saliste de mi mente y de mis piernas, mañana otro en mi mente y pasado en mis piernas. Estás muerto y yo soy un puberto.
Hoy voy a bailar con MaríaDaniela. Ella y yo queremos que te ardas.

lunes, 24 de octubre de 2011

La rebeldía que nunca muere

Un día después de su cumpleaños número 67 Alfonso Chase nos recibe en su sala/biblioteca/museo: cabemos los que hacemos las preguntas, él y su silla de ruedas y las tazas de té acompañadas de bocadillos sin azúcar, apenas. Cuesta imaginar al muchacho que en 1968 irrumpió con su primera novela, Los juegos furtivos. A esta le siguieron Las puertas de la noche (novela, 1974) y Mirar con inocencia (cuentos, 1975). Esta tríada no solo responde a una fructífera época en la literatura costarricense, sino que hace aparecer por primera vez en el panorama literario a individuos gay y bisexuales. Para esa época una cuentística exclusivamente gay era inexistente, mucho menos se puede hablar de un contexto donde las orientaciones no heterosexuales fueran tema de discusión, sin embargo aquellos pasajes exquisitamente relatados ya revelaban la naturaleza rebelde del cosmopolita que es hoy Chase.

Ayer fue su cumpleaños, felicidades. ¿Cómo lo celebró?

No lo celebré pero lo pasé, ya eso es una gran ventaja.

¿Sigue siendo un rebelde o es impresión mía?

Rebelde con causa. El sentido de la rebeldía es no dejarse someter, ser libre.

Recuerdo que lo primero que leí de su autoría fueron la serie de cuentos “Mirar con inocencia”, ¿no le dio miedo publicar algo así en 1975?

¡Lo leyó muy joven! Y no, no me dio miedo porque se sigue hablando de ese libro. Yo solo me encargué de decirle a la gente lo que estaba ocurriendo e iba a ocurrir, ese es un libro de alguna manera premonitorio.

Pero usted es mayoritariamente poeta, ¿hay que ser un atormentado o un apasionado para ser buen poeta?

Atormentado para nada, apasionado sí. Porque la vida se agarra con pasión, hasta el café se debe tomar con pasión.

Y con la poesía de su libro “Jardines de asfalto”, ¿estaba externando sus pasiones o fue mera desobediencia civil?

Lo que tiene es una gran influencia norteamericana, a mí Estados Unidos me ha influido mucho. Es el país más viejo del mundo y a mí siempre me ha llamado mucho lo urbano: Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, esa vida urbana de la gran cosmópolis.

Chase, estudiante en México, Venezuela, Estados Unidos y visitante del resto del mundo, aún cree que en una ciudad “tan pequeña y a veces tan inhóspita” como es San José, se puede vivir igual que en una de esas grandes capitales que ha recorrido. Por lo menos él ha vivido así de libre en todas, su obra es prueba de ello: con Jardines de asfalto (poesía, 1994) y Cara de santo, uñas de gato (cuentos, 1999), el tema homoerótico pasa de lo discreto a lo obvio, Chase no duda en enfrentar a sus lectores ya no con historias líricas de amor entre hombres, sino con la psicología oscura y atormentada del homosexual. Los aportes de este autor son claros detonantes de una revolución sexual en la literatura tica: Ana Istarú, José Ricardo Chaves y Ana Cristina Rossi son algunos de los valientes que en los 80’s y 90´s publicaron sus textos y contenidos nada tímidos, quizás animados por el primero, por Chase. Sin duda alguna para ser revolucionario hay que ser valiente, desobediente.

Y en el panorama literario actual en Costa Rica, ¿hacen falta más desobedientes?

Yo creo que son ciclos, si estuviera entrevistando a un señor de la generación de 1942 probablemente le diría lo mismo. Uno sabe que inició un ciclo y que abrió caminos pero por suerte siempre llegan nuevas personas que terminan de abrir ese camino.

Yo encuentro esa “desobediencia civil” en un escritor cuando escribe sobre lo “prohibido”, ¿es su caso?

Después de lo que escribió mi generación yo creo que no hay nada prohibido. Siguen existiendo temas tabú pero temas prohibidos no hay.

¿De que se inspira hoy Alfonso Chase?

De lo mismo que me inspiraba hace 40 años pero renovado: ahora por ejemplo me llama la atención el mundo homosexual de las discotecas porque no me gusta, el mundo que nosotros vivimos era otro, el de enamorarnos entre nosotros. Me llama también la atención la liberación de la mujer, es decir me interesan mucho las zorras y los zorros. Osea, lo que pasa es que mis personajes han cambiado.

¿Y de que se sorprende?

De ustedes y sus preguntas (ríe)

Hace poco el destacado escritor sufrió la amputación de uno de sus pies debido a una fuerte infección motivada por la diabetes, la misma lo mantuvo por varias semanas en una cama del Hospital Calderón Guardia. En esa cama hizo lo mismo que ha hecho desde los 16, cuando según él creó su primer “poema de verdad”: escribir sobre las revoluciones del alma y del cuerpo mientras provoca las revoluciones de la mente. Su cuerpo envejece, su rebeldía hace todo lo contrario.

Desde el ataque de la infección furiosa de Diciembre ya se le ve mucho mejor…

Pues yo tengo una gran capacidad de recuperación, en realidad nunca se me torció la mano en el pulso con la vida, lo tomé como algo que tenía que ocurrir, que iba a ocurrir y que estaba ocurriendo; porque perder un miembro también es tabú.

¿Tuvo miedo?

Sí tuve miedo, pero no de morirme. Sino de que la infección creciera y fuera un proceso largo y doloroso, de eso sí. Pero bueno, aún para morirse hay que tener paciencia.

Tocamos madera, pero si ese hubiera sido el final, ¿Qué le faltaba hacer?

Lo único que me preocupaba era que iba a pasar con mis libros y todo este chunchero. Todo lo que tengo tiene un valor para mí y me daba terror que la gente no lo entendiera y se me fuera todo a la basura.

En una entrevista hace poco prometió escribir de sus amigos, ¿le gustaría que alguien en particular escriba sobre usted?

Es que es como un octaedro, como un poliedro, como un caleidoscopio, mucha gente me vería de diferente manera. Pero si alguien podría escribir sería José Ricardo Chaves.

¿Por qué él?

Él me conoce bastante.

Y si lo hiciera, ¿Qué debería decir ese texto sobre usted?

Que soy el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde: el bueno, el malo, el complejo, el apasionado, el frío. Estar en una cama de hospital tanto tiempo me sirvió para darme cuenta de que había muchos yo.

lunes, 26 de septiembre de 2011

The spotless mind

Volví a pensar en vos. Volví a pensar en vos y fue tu culpa. Pero esta vez te recordé diferente, como a pedazos, no, más bien como a migajas. Me acordé clarito de tu mechón rubio, pero ya no recuerdo el olor de tu barba. Recordé bien tus dedos gordos, pero ya no me acuerdo porqué te comías las uñas, quizás ya ni lo hagas. También recordé 2 ó 3 camisas que me gustaba verte puestas pero ya no te puedo reconstruir desnudo, si lo intento dibujo partes que estoy seguro no son tuyas y que son de cualquier otro cuerpo desnudo, desnudo ya eres cualquier otro, quizás más flaco. Volví a escuchar tus muletillas pero esta vez la voz la ponía yo, sin acento y sin volumen, ya no me acuerdo. Y me puse a pensar en el que un día llamamos nuestro futuro, aparecía casi igual, yo feliz, grueso pero no gordo, con barba al fin, muy tatuado, con un niño de la mano, escribiendo un libro. Alguien estaba en el sillón, en el lugar que yo te había asignado tan arbitrariamente; nunca supe quién era, no reconocí el olor de su barba ni el grueso de sus dedos, vestía una camisa que nunca antes había visto y hablaba con tu voz o con la de otro, pudo ser cualquiera de las dos porque yo ya no me acuerdo. Volví a pensar en vos porque me preguntaste que como estaba, no te mentí, estoy bien.