sábado, 5 de febrero de 2011

Placer(es)

Dormir con el sexo perdido entre tus piernas y la cara consumida en tu pecho se siente así de poético como suena. Pero he de confesar, mi poderoso amante y aún más poderoso dormilón, que he aprendido a apreciar hacer el amor solo y en una cama individual. Contigo es magia en una kingsize y es maravilloso, pero oh Dios mío y Jesús mío que placer es quedarme en la mía y me rasco una nalga y no importa, quedarme en la mía y no me lavo los dientes y no importa, quedarme en la mía y no le pongo a tención a la peli y no importa, quedarme en la mía comiendo esa comida deliciosa que me produce gases y pienso que maravillo es no tener que levantarme del lecho para deshacerme de tan incómodos visitantes. Y nada importa. Todas las noches contigo es la meta y mientras tanto disfruto la carrera, rascándome las nalgas y comiendo repollo.

1 comentario: