viernes, 18 de diciembre de 2009

Bochinchero

Los primeros pasos me aterraron, probablemente así se sintió Cristóbal Colón cuando llegó: puro desconocido mirándolo raro, extrañas elecciones para vestirse y la música, bueno no, no creo que en 1492 estuviera sonando Todos me miran.

Más oscuro que a los que acostumbraba ir a apretar chiquillas, y las chiquillas que estaban acá ni me vieron, golpe al ego. Nunca había visto gente tan feliz, tan sonriente y definitivamente no había visto parejas besando con semejante deseo y urgencia, tan cómodas que dan ganas de hacer lo mismo.

Ya hace tiempo de esa primera vez, ya he besado como loco y bailado como loca en esa oscuridad de colores. Todavía hay gente que me mira raro, aún las chiquillas ni me ven (de todas formas paso horas arreglándome para que los que me vean sean los chiquillos) y ya me sé todas las de La Trevi.

Pero lo que me sigue impresionando más es la puerta, es como la de Narnia, se abre a otro mundo. Porque cuando salgo a las 3 ó 4 de la mañana (si la fiesta estuvo buena) la gente feliz y sonriente se acaba, la pareja urgida por besarse ahora está urgida por tomar taxis separados y aún más por llegar a su casa y llamar al otro para decir lo que no pudieron decir afuera: “hey la pasé genial, te quiero”

No los culpo, ahí afuera no suena La Trevi ni Madonna, ahí afuera el deseo de besar solo es aceptado si es entre una boca bigotuda y otra pintada de rojo (de esos también he visto adentro), ahí afuera las miradas raras si son peligrosas y ahí afuera probablemente algunas de las chiquillas se sientan en la obligación de verme y sonreír. Puta realidad.

Yo me cago en afuera y adentro, debería ser aquí y ahora.

5 comentarios:

  1. Primero que nada, gracias por el exclusivo comentario que me dejaste hace unas semanas sobre el post de Bayly jaja.
    Debo admitir que esta entrada es de las mejores que he leído, es completamente cierto, y triste a la vez. Ese adentro y afuera me recuerda la metáfora del closet en el que nos meten sin que nos demos cuenta y del cual muchos prefieren o no pueden salir... sera que los mismos bares a los que vamos se convierten en un mecanismo de autosegregación y por ende contribuyen a la autoexclusión en la que nos vemos envueltos? definitivamente debería ser aquí y ahora nada mas, sin que nos importara esa mirada que nos juzga... talves de esa forma los bares gay dejarían de ser esos mundos paralelos, aunque ojala sin perder esa magia que los caracteriza...

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que el "aquí y ahora" los construye cada quien en cada lugar a cada momento. No se encuentra en un lugar determinado. Si uno lo ubica en un espacio, ese espacio "de libertad" acaba siendo una prisión.
    Es mi teoría, y me costó darle forma.

    ResponderEliminar
  3. wow! es la primera vz k t leo , y no he parado! muy tuanis

    ResponderEliminar
  4. Deiv.. me encanta tu blog!
    Es como si al leer cada post fuera uno mismo el q escribe, el que siente!
    enamorada!!!
    segui escribiendo no importa que!!!
    besos!

    ResponderEliminar
  5. aww oso!! a mi las chiquillas si me ven jajaja!! igual pienso que ese "afuera y adentro" son simples construcciones! estaá bien que el miedo pueda llegar a mantenernos "adentro" pero y qué si se deja el miedo de lado y el adentro y el afuera dejan de existir? tal vez suene muy "quemado" pero el cambio comienza por uno!! bolita de nieve hay que lograr!!

    ResponderEliminar